Monday, February 06, 2006

Danza limeña colonial: entre lo satírico en Juan del Valle y Caviedes y lo épico en Pedro de Peralta

La obra de Juan del Valle y Caviedes y Pedro de Peralta y Barnuevo se insertan dentro de la producción de textos coloniales que manifiestan un interesante referente: la ciudad de Lima de fines del siglo XVII e inicios del VXIII. De un lado tenemos la postura satírica de Del Valle y Caviedes, y del otro, el género discursivo épico que construye una imagen heroica de la ciudad limeña desde Pedro de Peralta. Dichos discursos, opuestos en cuanto al tono de sus representaciones, se trasladan desde una tónica de burla (en Del Valle) a la de seriedad (en Pedro de Peralta) en el tratamiento de las representaciones del espacio social en el que se erige la imagen de Lima como ciudad virreinal.
Juan del Valle y Caviedes utiliza la sátira burlesca para lanzar sus críticas sobre las costumbres de una ciudad, caricaturizándola. En el "Diente del Parnaso", su obra más conocida, satiriza duramente y sin piedad a la Medicina, actitud burlesca que continúa el barroquismo satírico de Quevedo al representar a sus personajes deformados burlonamente, como remedos de rasgos morales grotescos a partir de los cuales cuestiona las conductas sociales características de la época. La burla y la farsa satírica, se posiciona en Del Valle como un discurso desmitificador de la ciudad limeña, a partir del sometimiento crítico de los códigos de valores de la sociedad criolla y la representación satírica de sus costumbres, las cuales son ilustradas dentro de un intento de desmitificación de la propia urbe limeña. La burla de sus instituciones desde la discursividad carnavalesca y festiva, pone en cuestión las jerarquías profesionales de los médicos e incluso la de los poetas, volviéndolos parte de un juego de diversión popular.
Con peculiar humor, Del Valle y Caviedes se burla de la ignorancia enmascarada del médico y de la exposición de los libros de los poetas como objetos decorativos y de “sabia” veneración, pero no de lectura. Insufla con ello una crítica ácida, mordaz, a los juegos sociales tras lo que se erigen el prestigio y demás consideraciones formativas profesionales, que ponen por encima del común mortal al profesional de la medicina y la poesía. La sátira se comporta como elemento que refresca la mirada oficial (la de la cultura letrada), y a través de ésta desvanece la seriedad y la autoridad de la relación jerárquica entre el pueblo y los integrantes del mundo letrado oficial; es decir, la de los "comunes pobladores" frente a la alta sociedad profesional de la ciudad letrada. Su habilidad para la inversión burlesca del mundo a partir de las representaciones satíricas de los personajes reales de la ciudad limeña, muestra una mirada no oficial que descuida la necesidad intelectual de esconder los nombres propios, se permite transgredir el anonimato y presentar los nombres de los personajes limeños criticados tal cual eran, o con las señas características que podían hacerlos reconocibles al público limeño lector. Permisividad auto-otorgada por Del Valle a partir de su participación discursiva en la salvaguarda expositiva de la sátira, la única que le permitía esconder bajo la risa, la crítica mordaz más seria.

A diferencia del anterior autor, en Lima Fundada Pedro de Peralta y Barnuevo manifestaría un afán de elevar y convertir a Lima en una ciudad erigida dentro de un espacio más bien mítico y épico. Su exaltación épica de la ciudad se hace presente desde el mismo tono con el cual construye sus representaciones de la urbe limeña y sus personajes. Ejemplo de dicha exacerbación heroica se puede ver en la construcción de la figura de Francisco Pizarro, e incluso de la creación de una genealogía política limeña alturada desde la que provendría el mismísimo Virrey como cabeza. Su actividad se enlista asi, dentro de un quehacer letrado criollo que mantiene características ambiguas de adulación a los virreyes, aunque no dejando con ello de ordenarse dentro de un discurso crítico de los sujetos sociales del virreinato. Pedro de Peralta erige un discurso en tanto proyección de su "ser y estar" formando parte de un sistema social criollo apuntalado a partir del surgimiento de la nueva conciencia criolla. Con Peralta, dicho discurso parece querer mantener una producción escrita de un sector que mantiene el saber oficial de la ciudad, por temor a trasgredirlo abiertamente o a cambiar el estado de cosas. Como vimos, contrario a este quehacer, Del Valle y Caviedes poetiza sucesos de su actualidad adoptando una posición marginal que evidencia el discurso popular, el saber alterno que pulula por las calles y cuestiona el “orden”, y mira desde su posición la exposición de un mundo intelectual que nivela sus conversaciones a la altura de una pelea entre perros y gatos. En ese sentido, su crítica social se enmarca dentro de su pertenencia a dos tradiciones (la española y la colonial hispana), posición ambigua que le permite la libertad discursiva de destruir la sacralidad del sistema social, su reproducción en los personajes tipificados y adscritos a una posición de autoridad letrada. Su crítica es interesante y duradera porque se permite desde el discurso de la colonia un espacio para la crítica de la hegemonía política y cultural del virreinato que puede ser provechosa de leer en toda época.

Respuestas a un examen del curso de Literatura peruana colonial.
Prof. José Antonio Aladino Rodríguez Garrido
Pando, 13 de diciembre del 2004

*El texto respondía a una pregunta que no recuerdo bien ahora. He colocado algunos enlaces que encontré en línea e ilustran desde sus propias temáticas mi exposición. El texto de mi estimado profesor Eduardo Hopkins puede ayudar a ilustrar de mejor modo las ideas sobre lo carnavalesco bajtiniano desde el cual escribía mi texto sin realizar precisiones conceptuales. Espero que resulten de ayuda provechosa los enlaces.